El Lagarto Rojo, en Tozeur
En los últimos tiempos se ha venido poniendo bastante de moda el turismo de aventura o “original” dentro de las fronteras de Túnez.
Aunque sin dejar de lado al turismo más “tradicional” (que busca buen tiempo, playas y ruinas arqueológicas en buen estado), lo cierto es que esta nueva modalidad va adquiriendo cada vez más adeptos.
En este sentido, ya hemos hablado en post anteriores de la posibilidad de hacer esquí sobre las dunas del desierto, o de recorrer el país en 4×4 o, por qué no, darse un buen paseo en camello por los territorios del Sur.
Una de estas posibilidades de conocer el país de una manera más atípica es la que te propone recorrer las gargantas del río Selja en uno de los vagones del tren llamado “Lagarto Rojo” el cual, desde su salida en Metlaoui (un centro de carácter industrial, que alcanzó la prosperidad gracias a la explotación de fosfatos, que se sitúa al norte de Tozeur) realiza rutas extraordinarias por los rincones abruptos de este río y cuya duración está estimada en dos horas.
El hecho es que estas montañas, de muy difícil acceso de otro modo, se erigen como una gran barrera que se alza en pleno desierto, formando una especie de oasis. Sus rocas, de color rojizo y rosado, están divididas en diversos cañones.
A este respecto, cuenta una leyenda popular, que fue un guerrero quien cortó con su propia espada esta falla, con el propósito de crear así un lecho nupcial para su princesa. En la actualidad, tan sólo es posible visitar estas Gargantas tomando el tren Lagarto Rojo, una máquina de la “Belle époque” que llegó a Túnez durante el período del Protectorado Francés.
El convoy tiene sus salidas programadas, todos los días, a las 10 de la mañana desde la estación del mencionado pueblo Meltaoui.
Foto Vía: Viaje a Túnez
Categorias: Tozeur
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