Las termas de Antonino, en Cartago
Dentro de lo que se denomina el “sitio arqueológico” de Cartago (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1979) o, lo que es lo mismo, las ruinas que se conservan de la antigua ciudad romana (no queda en pie ningún resto púnico), existen diversos puntos de interés como el coliseo, el santuario de Tophet, los puertos púnicos o el anfiteatro.
Otro de estos vestigios importantes es, sin duda alguna, los restos de las Termas de Antonino. Todos ellos, como era habitual, son una muestra más del poder y la autoridad que ejercía la ciudad por aquel entonces.
Consideradas como los baños de mayor tamaño erigidas en suelo africano y como las únicas de las que aún se conserva algún resto, fueron construidas a orillas del mar y dedicadas al emperador Antonio Pío.
Se procedió a su edificación tras un terrible incendio que arrasó la ciudad en el siglo II, por lo que a su vez son coetáneas a otros muchos edificios que tuvieron que ser reconstruidos en la urbe por el mismo motivo (se encuentran entre ellos por ejemplo el Odeón o el Teatro).
Del mismo modo, las termas también sufrieron los estrados de un terremoto que tuvo lugar a finales del siglo IV o principios del siglo V, por lo que debió ser de nuevo reconstruida. Sin embargo, en la época de su mayor esplendor los baños contaban con once bóvedas que conferían al edificio más de 29 metros de altura.
Su abandono tuvo lugar en el año 638 según algunos investigadores, entre ellos Alexandre Lézine. Sus ruinas fueron utilizadas para diferentes fines, estando muchas de ellas repartidas a lo largo de la costa.
En nuestros días, tan sólo se conservan algunas partes entre las que cabe destacar el frigidarium, los sótanos (donde trabajaban los esclavos) y una capilla bizantina datada en el siglo VII.
Foto Vía: Reinis Welten
Categorias: Cartago
sufrieron los estragos de un terremoto.