Itinerarios: del Sahara a la frontera occidental
Después de disfrutar el Sahara lo mejor es adentrarse en la región más occidental de Túnez, en el límite con Argelia.
Es muy fácil llegar tomando la carretera Noroeste, que nos llevará a través de los pueblos y ruinas arqueológicas más inexplorados del país: Kaalat Senan o El galraa y su zoco, la meseta de Yugurta, o el sitio de Haidra. Hay que tomar la autopista en dirección a Beja hasta Bab Medjaz y desde allí en dirección a Le Kef.
Interesará al visitante saber que la historia de la villa de Kalaat se inicia a la par de los grandes hitos en la historia de Túnez, ya que es el territorio en el que se encuentra la Meseta de Yugurta. Kalaat Senane, cerca de Le Kef,es un lugar habitado desde los tiempos más remotos pues aquí, según la narración de Salustio, se hizo una escala que permitió a los soldados de Ligurio capturar la fortaleza de Yugurta.
Pero la historia de la meseta de Yugurta no terminó con la derrota del general númida. Aquí hubo muchas batallas y también fue el hogar de muchas tribus, como por ejemplo los Mergamenna que fundaron una aldea en la cima. En el siglo XIX funcionó un importante mercado de ganado y la villa mergamenna fue abandonada. Inclusive en el siglo XX hubo una mina explotada por el protectorado francés que luego fue también abandonada.
A lo largo del camino veremos muchos vestigios de las antiguas civilizaciones, como prensas de oliva en el camino entre Feriana y Sbeïtla, o la fortaleza de Le Kef, ciudad que estuvo dedicada a la diosa fenicia Astarté. El Museo de Arte Popular de Bourguiba cuenta muy bien esta historia.
Al oeste de Le Kef se encuentra Sakiet-Sidi-Youssef, pequeño pueblo en el que muchos historiadores ubican la batalla que puso fin a la Segunda Guerra Púnica y donde tuvieron lugar también trágicos acontecimientos relacionados con la independencia de Argelia. Hacia el Este está la alegre Dougga, con sus bosques, fuentes de agua clara y huellas del derrotero agustiniano.
Ya de regreso a Tunis pasaremos por Medjez el-Bab, la antigua Membrassa en la que se construyó un puente de siete arcos con bloques tallados en Roma y en Bizancio, sobre el río Medjerda, donde tuvieron lugar batallas de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día Medjez-el-Bab es un pueblo tranquilo en cuyas terrazas podemos disfrutar de un delicioso té a la menta mientras vemos pasar el mundo.
Foto: Kamel Lakhdar
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