Hammamet, destino turístico privilegiado
Hammamet es una de las ciudades más conocidas del mundo, pues sus orígenes son muy antiguos y está impregnada de todas las culturas que surgieron alrededor del Mediterráneo. Se encuentra en el extremo sur de Cabo Bueno, en Túnez, protegida por la montaña de Sidi Maâmmar.
Las excavaciones arqueológicas han revelado que nos encontramos en uno de los lugares habitados de Túnez desde los tiempos más remotos, como las cuevas de Sidi Latrache; estratégicamente ubicada entre Hadrumetum, la actual Susa, y Kerkuane, fue un importante puerto de escala para los barcos pesqueros. Estamos en la notable Pupput romana, de notable esplendor en sus termas y mosaicos.
Los grandes momentos de la historia de Pupput se pueden ver en los monumentos y construcciones que han llegado hasta nuestros días, como la Iglesia que estuvo a cargo de diferentes cultos cristianos y luego se convirtió en una mezquita. Más adelante en el tiempo, los aglabíes construyeron un fuerte para vigilar el mar y los sufíes un puerto en busca de un refugio tranquilo y contemplativo.
Su destino como ciudad turística comenzó a forjarse a comienzos del siglo XX; de hecho, ¡ya figura en una guía turística del año 1911! Hoy en día existen bastantes alojamientos y hay muchísimo para ver y hacer, como visitar sus lugares históricos y arqueológicos o la medina y sus murallas. La medina es el tejido de la antigua ciudad; su supervivencia se debe a la posición estratégica de la muralla, con algunas puertas hacia el mundo exterior.
Si llegan en su propio barco, pueden utilizar las amarras de la Marina de Yasmin Hammamet, un impactante puerto deportivo que responde a las nuevas exigencias y gustos del turismo internacional. No dejemos Hammamet sin conocer la actividad artesanal local que podremos adquirir en los puntos de venta, el zoco artesanal o el centro de compras comercial. Recomendamos sus bordados, de larga tradición y secretos celosamente guardados.
Pero si algo nos acompañará para siempre después de nuestro viaje a Hammamet, es el perfume de sus dos flores más populares: el jazmín y el “fell”, una especie de magnolia. No hay lugar de Hammamet en el que no se cultiven, no solamente para embellecer parques, jardines y fachadas, sino por su gran valor comercial. Las hábiles manos de los artesanos y artesanas de Hammamet las transforman en ramilletes y aderezos, cada uno más bello que otro, ordenando las flores con gracia para formar ramos de diferentes colores y perfumes.
Foto vía: Wiki Commons
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