La ciudad fenicio-púnica de Kerkouane
Hay muchos lugares notables en Túnez que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad, como el Anfiteatro de El Jem, el Parque Nacional de Ichkeul, las Medinas de Susa y Tunis… entre éstos, se encuentran también las ruinas de Kerkuane, desde 1985, la única herencia que se conserva de los tiempos fenicios y púnicos.
Kerkouane se encuentra al noreste de Túnez, cerca de Cabo Bueno. Fue una ciudad fenicia posiblemente abandonada durante la Primera Guerra Púnica, cerca del año 250 a.C., y que no fue reconstruida por los romanos. Kerkouane fue una ciudad sofisticada; era una de las más importantes, rivalizando con Cartago, Hadrumetum (Susa) y Útica. Las viviendas eran construidas de acuerdo a un patrón: un patio al frente y un patio interior alrededor del cual se ubicaban las habitaciones. Se pueden ver las antiguas paredes y fachadas de arcilla coloreada. Se sostienen algunas columnas de un antiguo templo, y hay mosaicos por todas partes. En verdad se dice que lo mejor de Kerkouane todavía está por descubrirse.
Es un misterio por qué los romanos nunca reconstruyeron Kerkouane, considerando su estratégica ubicación precisamente en el punto más cercano a Europa. El principal recurso económico de Kerkouane era la elaboración de la tintura roja tan valorada por la realeza europea para la fabricación de mantos, y la pesca del murex, un marisco que se capturaba a todo lo largo de la costa y en hoyos en la arena.
El estilo de costrucción era típico del norte de África, con grandes piedras en posición vertical, llamado “opus africanum” por los romanos y que se utilizó inclusive para construir el Capitolio de Dougga; podían construirse casas hasta de dos pisos. El suelo era de cerámica roja decorada con pequeños trocitos de mármol. Las calles de la ciudad tenían hasta cuatro metros de ancho y un detalle interesante es que en Kerkouane no había baños públicos: ¡cada casa tenía su baño privado! Las bañeras se realizaban en yeso color rojo o rosa.
Para saberlo todo acerca de este yacimiento, lo mejor es visitar el Museo de Kerkouane con sus colecciones de objetos interesantes.
A 500 metros de la costa se encuentra la necrópolis, sobre una colina. Se encontraron un ataúd púnico de madera, único en su tipo, con una imagen de la diosta Ashtart, deidad protectora de los muertos, a veces llamada Señora de Kerkouane, vasijas y joyas.
Si la idea es quedarse, Kerkouane cuenta con buen un hotel y apartamentos en casas particulares; aunque lo mejor es pasar la noche en Kelibia o El Haouaria, a sólo 20 Km. de distancia; es interesante saber que la única forma de llegar al yacimiento es mediante una excursión o en taxis que salen desde Kelibia.
Foto: WikiMedia
Categorias: Antiguas ciudades, Kelibia, Túnez