Patrimonio histórico de Susa, tres veces milenaria
Susa fue fundada por los púnicos en el siglo X a.C. como Hadrumetum, y estuvo bajo este reinado y el de los fenicios hasta el año 146 a.C. en que se inicia el período romano; hasta ese momento fue un importante centro comercial, pero perdió su autonomía frente a Cartago. Sin embargo, al hacer la paz con Roma durante la Tercera Guerra Púnica, se consideró una ciudad libre.
Entre los años 439 y 534 de nuestra era estuvo bajo el dominio de los vándalos, que la llamaron Hunéricopolis; fue una época de poco desarrollo, pero durante el imperio bizantino, cuando se llamó Justinianópolis, hasta el año 670, recuperó algo de su antiguo esplendor. En esta época se construyeron nuevas murallas defensivas. Así se llega al período islámico; en el siglo VII fue ocupada por Ibn Nafaa Okba y recuperó rápidamente la prosperidad ya que se convirtió en el puerto de Kairouan, la capital de aglabíes.
Esta ciudad tres veces milenaria nos invita a conocer su historia caminando por sus calles o recorriendo sus museos; de hecho, Susa fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1986.
Comencemos nuestro recorrido por la Medina, la ciudad vieja, que se encuentra entre el ribat y la Casbah con su sublime torre que parece tocar el cielo. Sus casitas blancas de fachadas despojadas se disponen en terrazas de múltiples niveles, y las innumerables cúpulas blancas o verdes de las grandes casas armonizan con el paisaje tranquilo que se ve al fondo, tapizado de verdes olivares, y más allá la espuma del Mediterráneo festoneando las playas.
La Kasbah, al sudoeste de la medina, domina la ciudad desde una alta colina. Posee un minarete llamado Borj Khalef que se eleva 77 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo una inolvidable vista panorámica de la ciudad. Actualmente alberga un faro destinado a orientar a los navegantes.
Dar Echaraa: ubicado cerca de Dar al-Bey, eran unos tribunales que abordaban cuestiones personales y de herencias.
Las Catacumbas: Ubicadas a 1,5 Km. de Susa, son 240 galerías con 15.000 tumbas a lo largo de 5 Km., donde descansan los restos de los primeros cristianos; los más antiguos datan de los siglos III y IV. Las tumbas están cavadas en las paredes y selladas con baldosas o losas de mármol.
La Gran Mezquita: construida en el siglo IX, fue reconstruida y ampliada; contigua al Ribat, mantiene el aspecto fortificado. Se accede por una pequeña puerta que se abre a un gran patio rodeado de pórticos abovedados. La sala de oración es tan grande que es coronada por dos cúpulas, sostenidas por pilares de mampostería. El mihrab, orientado hacia la Mecca, está está ricamente decorado.
Hay mucho más para ver en Susa, como su Museo que alberga la colección de mosaicos más bella de Túnez, pero lo dejaremos para nuestro próximo viaje.
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