Monumentos del sur de la Medina de Túnez
El encanto de la medina o ciudad vieja está en su trama laberíntica y el placer de dejarse llevar por los colores, aromas y sonidos que inundan las calles. Recorreremos la zona sur, más tranquila y en la que es imposible perderse pues en todas las esquinas encontraremos azulejos de cerámica que señalan los principales monumentos del circuito cultural.
Desde el zoco de las mujeres llegamos a la calle Tourbet el Bey, que desemboca en un elegante mausoleo donde precisamente descansan los restos de los príncipes husseinitas; es el monumento funerario más grande de Túnez y sus cúpulas dominan la fachada de arenisca amarilla. Cada cúpula señala el lugar donde yacen los restos de un soberano, su familia y sus ministros. El interior es muy fresco y las paredes están cubiertas de cerámicas amarillas y anaranjadas; solamente en la sala de los soberanos hay decoración de mármol de estilo italiano. Los sarcófagos de los hombres tienen unas pequeñas columnas o un turbante; las de las mujeres, placas de mármol en los extremos.
Si continuamos por aquí encontraremos la calle Sidi Zahmoul que nos lleva hasta una callecita estrecha con arcadas; uno de estos arcos indica el callejón Ben Abdallah, donde nos sorprende un elegante palacio del siglo XVIII, de madera y cerámica, actualmente el Museo de Artes y Tradiciones Populares. Posee un patio central y las cuatro estancias son salas de exposición sobre distintos temas de la vida cotidiana de la burguesía turca del siglo XIX. Uno de los lugares mejor conservados es la antigua cocina, y hay también una exposición permanente sobre oficios tradicionales del zoco.
Buscaremos luego la calle El M´Bazaa, en realidad un conjunto de pasadizos abovedados, y en ésta el Dar Othman, una antigua casa del siglo XVI que fue construida por el bey Othman, pequeño palacio de solamente la planta baja y cuatro habitaciones cuyas puertas tienen curiosamente, seis bisagras. Al trasponerlas nos encontramos con un pequeño jardín en vez del habitual patio; aquí funcionan las oficinas de Conservación de la Medina dependientes del Ministerio de Cultura de Túnez.
Veremos ahora una de las calles más hermosas de la Medina: la aristocrática Andalous, con sus altas puertas de arco de herradura, calmo refugio en medio de la agitación de la ciudad. Esta nos lleva hasta la Plaza del Castillo; desde aquí podemos acceder al Dar Hussein, del siglo XVIII, uno de los palacios más hermosos de Túnez. La Plaza está construida sobre un antiguo cementerio y actualmente alberga el Instituto Nacional de Arqueología y Artes. Se puede visitar su enorme patio, con bellas columnas de mármol blanco, azulejos de Kallaline y paredes estucadas, con una puerta que conduce a un pequeño y precioso jardín secreto.
Foto: Vía Flickr
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