Gafsa, una ciudad autentica
Gafsa fue un importante emplazamiento de Roma durante el apogeo del Imperio; está a 146 kilómetros al oeste de Gabes siendo el oasis más septentrional de Túnez.
Es interesante saber que en Gafsa se habló latín hasta finales del siglo XII, porque el cristianismo estaba enraizado entre los bereberes sedentarios.
Los vestigios que quedan de la dorada época romana no son muchos, los más importantes son las piscinas de aguas termales que se mantenían los 31 grados de temperatura y 5 metros de profundidad. Para visitar también se destacan: la Kashba del año 1434 que fue construida sobre fortificaciones bizantinas que albergan el Palacio de Justicia; Dar el Bey que es la antigua morada del gobernador y la Gran Mezquita, que una sencilla copia de la que está en Kairouan, de ella sólo se puede visitar el coro, pero la vista desde del minarete es muy linda: las columnas de la Sala de Oración y el Minbar que está hecho en madera tallada.
Las alfombras son un suvenir típico de Gafsa, los gafsis son los tapices con motivos geométricos, que los bereberes fabrican desde hace siglos.
Si llega en verano, podrá bañarse en las piscinas romanas después de dar un paseo por las laberínticas calles de la medina.
Paseando por la ciudad, encontrará el Dar Loungo, una residencia burguesa antigua que fue restaurada. Siguiendo por las calles que bajan, encontrará una tranquila plaza con las piscinas romanas, que se ven como dos estanques al aire libre. Cerca de la plaza también está el museo arqueológico, la pieza principal es un mosaico que representa los Juegos Atléticos y una contienda.
Continuando para salir de la ciudad y llegar al oasis está la morada antigua del Rey de Gafsa. Cerca de la alcazaba está la Gran Mezquita, restaurada no hace mucho tiempo, tiene más de 120 capiteles con sus fustes. Entre los muros de este castillo y las fortificaciones que rodean al oasis se encontrará con los pocos restos que quedan de la ciudadela antigua.
El oasis es maravilloso, tiene más de 90 mil árboles entre palmeras, naranjos, albaricoqueros, limoneros, higueras, almendros y olivos que le dan una aroma especial al paseo por las plantaciones de pistachos. Está irrigado por los abundantes manantiales de la zona complementados con pozos artificiales.
Es una auténtica ciudad tunecina, de hombres y mujeres trabajadores que con placer invitan a pasear por la ciudad y el oasis mientras ellos continúan con su ritmo de vida.
Foto: Wiki Commons
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