Mides, la ciudad en el cañon
Debido a la falta de comunicaciones terrestres, Mides no es de las ciudades más visitadas en Túnez, y sin embargo se trata de un encantador destino tanto para los amantes de la naturaleza como para los aficionados a la historia. Una impresionante garganta se extiende a sólo 3 kilómetros de allí, y el casco antiguo de la ciudad es una fuente inagotable de monumentos y escenarios históricos de gran importancia.
Mides es, en cierta forma, un oasis de montaña. Su impresionante garganta fue aprovechada como estructura defensiva natural en el pasado. Contratar un tour organizado para visitar el lugar, o aventurarse en un auto propio, son dos opciones para visitar uno de los sitios más bellos e interesantes del país.
Los colores de la garganta de Mides hacen del paisaje una postal inolvidable. Sus formas redondeadas y las pequeñas casas blancas que componen el pueblo en lo alto de las colinas son imágenes que quien haya visitado este lugar jamás olvidará. La parte antigua de Mides fue abandonada cuando una lluvia que duró 22 días inundó por completo la zona y destruyó buena parte de las casas. Esto ocurrió en 1969.
Visitar Mides es una suerte de viaje en el tiempo. Las antiguas amenazas, tanto bélicas como naturales, ya no son de cuidado para los habitantes de la ciudad, pero desde que éstas han dejado de acechar la región ellos no han dejado de lado sus tradiciones, y las casas siguen construyéndose en lo alto de las montañas, como si tuvieran que preocuparse aún de enemigos armados e inundaciones bíblicas.
Para añadir algo de aventura y diversión al viaje, nada mejor que acampar en alguno de los dos campings que hay en las cercanías de Mides. Pero si se prefiere aprovechar las comodidades y facilidades que puede brindar un hotel, el más cercano se encuentra en Tamerza, a 6 kilómetros de Mides. Allí también se hallarán restaurantes con menús completos, mientras que en Mides apenas hay algunas cafeterías con pocas opciones gastronómicas.
Foto Vía: Omniplan
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