El cañón de Chebika, una cascada en el desierto

Chebika

En medio del abrumador tiempo del desierto con su inmensa amplitud térmica y sus inconmensurables extensiones de arena donde uno se siente perdido y llega a tener la sensación de no hallar jamás salida surge de entre la nada un antiguo pueblo destruido por una riada en el año 1969. Del cual hoy queda solo un oasis.

El cañón de Chebika es un gran oasis de una montaña en medio del desierto, situado en el antiguo pueblo de Chebika (a 53 km de Tozeur). Antiguamente Chebika fue un puesto defensivo del imperio romano y actualmente lo podremos visitar, claro que lo que queda es el fenómeno resultante de años de erosión natural a causa del maltrato del desierto.

Una gran cascada rodeada de palmeras, y los restos del poblado abandonado lleno de vendedores que aprovechan las visitas de los turistas para ganarse la vida. Son el paisaje del cual uno puede disfrutar de acercarse a este hermoso lugar de Túnez. Hay que tener en cuenta que a la hora de comprar recuerdos los precios de los vendedores están inflados y hay que regatear para llegar al precio real, lo cual puede llegar a ser muy divertido si uno se anima a verle el lado amable.

Chebika

En este mini paraíso que los tunecinos llaman “la gran cascada del desierto” se rodaron algunas escenas de la película «El paciente inglés», aprovechando este encantador lugar para realzar los paisajes de dicho film.

El hecho de que nos encontramos con el Oasis de Chebika en la mitad de la nada desértica de Túnez es un hecho que le da exotismo al lugar y al hacerlo menos accesible, como suele suceder, a uno le interesa más y lo lleva a recorrer y deslumbrarse con este tesoro oculto que resguarda con recelo el mismísimo desierto.

La belleza de la zona nos deja ver la diversidad de colores, texturas y matices que proporciona el paisaje, y ciudadanos autóctonos nos venden parte de su cultura a través de sus telas, rosas del desierto, teteras, artesanías, reliquias y dátiles. Así como también se pueden comprar los turbantes para que los tunecinos los coloquen en la cabeza y uno se convierta en un verdadero tuareg del desierto.

Uno se puede bañar tranquilamente e incluso meterse debajo del chorro de agua y así sentirse parte de este paisaje único.

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Categorias: Naturaleza en Tunez



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